Macroeconomía

Dólar planchado y consumo desigual: el nuevo mapa económico que enfrenta la Argentina

La apreciación del peso impulsa una ola importadora que desafía a las empresas locales, mientras el consumo interno muestra signos de recuperación dispar. El Gobierno apuesta a una inflación en torno al 2% en mayo y a consolidar la estabilidad cambiaria como ancla electoral.

  • 11/05/2025 • 14:13

La economía argentina atraviesa una etapa de reconfiguración marcada por un tipo de cambio apreciado, una creciente competencia de productos importados y un consumo interno que avanza a distintas velocidades. Este escenario plantea oportunidades para algunos sectores y desafíos significativos para otros

 Dólar bajo: ¿estabilidad o amenaza?

La cotización del dólar oficial se mantiene por debajo de los $1.200, una situación que el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, considera sostenible gracias al superávit fiscal y a la confianza de los inversores. Sin embargo, esta apreciación del peso genera preocupaciones en sectores industriales que enfrentan una competencia creciente de productos importados. Empresas como Mercado Libre han reportado beneficios debido a que sus ganancias en pesos se traducen en más dólares, mientras que otras, como Molinos Río de la Plata, enfrentan pérdidas atribuidas al aumento de costos y a la presión de precios. 

 Inflación en descenso y consumo desigual

La consultora Econviews estimó que la inflación de la primera semana de mayo fue del 0% para la canasta de alimentos y bebidas, lo que alimenta expectativas de una inflación mensual cercana al 2%. Esta tendencia es vista por el Gobierno como clave para reactivar el consumo y mejorar las perspectivas electorales de cara a octubre. 

No obstante, el consumo muestra una recuperación dispar. Mientras sectores como la minería, la energía, el financiero y el inmobiliario experimentan un crecimiento superior al 5% interanual, la industria, la construcción y el comercio minorista aún no logran despegar. El consumo masivo, en particular, sigue rezagado, afectado por la pérdida de poder adquisitivo y la cautela de los consumidores.

 Ola importadora y presión sobre la industria local

La combinación de un dólar bajo y la apertura de importaciones ha generado una "ola importadora" que presiona a la industria local. Empresas nacionales enfrentan dificultades para competir con productos extranjeros más baratos, lo que pone en riesgo la producción y el empleo en ciertos sectores. El Gobierno, por su parte, insiste en que las empresas deben adaptarse a este nuevo contexto y mejorar su competitividad.